En el viaje de la vida, todos buscamos formas de alivianar la carga, de hacer frente a los desafíos o simplemente de disfrutar el trayecto. A veces, en ese intento, encontramos compañeros de viaje que, aunque inicialmente parecen ofrecer consuelo o placer, terminan convirtiéndose en traicioneros aliados: las adicciones.
¿Por qué las adicciones parecen ser buenos compañeros al principio?
El consumo de sustancias o la repetición de ciertos comportamientos adictivos suelen comenzar como una respuesta aparentemente inofensiva a necesidades emocionales o sociales:
Alivio del dolor o el estrés: Muchas personas recurren a las adicciones como una forma de escapar del sufrimiento, ya sea físico o emocional.
Búsqueda de placer: Algunas sustancias o actividades generan una sensación de euforia o satisfacción momentánea que puede resultar tentadora.
Conexión social: En ciertos contextos, el consumo se presenta como una vía para pertenecer a un grupo o reforzar vínculos sociales.
En un principio, las adicciones pueden parecer un apoyo confiable, ofreciendo soluciones rápidas y aparentes para las dificultades de la vida. Sin embargo, con el tiempo, muestran su verdadera cara.
El precio de confiar en un aliado traicionero.
Como compañeros de viaje, las adicciones son expertos en disfrazarse. Lo que empieza como algo placentero o útil puede transformarse en un peso que agobia y enreda cada aspecto de la vida:
Perdiendo el control: Lo que inicialmente era una elección se convierte en una necesidad. La adicción deja de ser un medio para obtener placer y se convierte en una prisión.
Aislamiento y soledad: Estos "compañeros" no permiten compartir el camino con otros. Poco a poco, las relaciones importantes se deterioran, y la persona se encuentra aislada.
Impacto en la salud física y mental: Las adicciones tienen un efecto acumulativo y devastador en el cuerpo y la mente, debilitando a la persona y dejándola vulnerable.
La ilusión del alivio: Lo más doloroso es que las adicciones no resuelven los problemas originales; solo los postergan o agravan. El dolor o el vacío que intentaban llenar sigue presente, y con frecuencia, aumenta.
¿Cómo enfrentar a estos compañeros traicioneros?
Reconocer que las adicciones no son aliados sino obstáculos en el camino es el primer paso hacia la recuperación. A partir de ahí, es posible construir un nuevo trayecto más saludable y significativo.
Tomar conciencia del problema: Aceptar que la adicción ya no es un apoyo, sino una carga, es un acto de valentía y un paso crucial hacia el cambio.
Buscar apoyo profesional: La recuperación no es un camino que deba recorrerse en soledad. En el Centro Walnut, ofrecemos un entorno seguro y un equipo especializado para guiar a las personas en cada etapa de su proceso.
Reconectar con uno mismo y con otros: Parte del proceso de recuperación implica reconstruir las relaciones y el sentido de identidad que la adicción había erosionado. Esto puede lograrse a través de terapia, grupos de apoyo y actividades que nutran el bienestar físico y emocional.
Desarrollar herramientas para el camino: Aprender nuevas formas de manejar el estrés, el dolor y los desafíos de la vida es fundamental para evitar recaídas y avanzar hacia un futuro pleno.
Un nuevo compañero de viaje
Aunque el camino de la recuperación puede ser desafiante, también es una oportunidad para reencontrarse con uno mismo y descubrir compañeros de viaje mucho más fieles y enriquecedores: la serenidad, la fortaleza personal y el bienestar.
Las adicciones pueden parecer aliados en momentos de dificultad, pero su verdadera naturaleza es la de compañeros traicioneros que nos desvían de nuestro camino y nos alejan de quienes somos en esencia. Afortunadamente, nunca es tarde para cambiar de rumbo. Con el apoyo adecuado y una decisión firme, es posible liberarse de su influencia y retomar el control de nuestro viaje.
En el Centro Walnut estamos aquí para ayudarte a dar ese paso. Si tú o alguien cercano enfrenta esta lucha, no dudes en contactarnos. Juntos, podemos construir un nuevo trayecto lleno de esperanza y bienestar. 🌟
Ps.Maria Roxana Vega Alabarce
Magister en Psicologia Clinica, Directora Terapeutica Centro Walnut
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