Las adicciones pueden entrar sigilosamente en la vida de una persona y transformarla profundamente, afectando no solo a quien las vive, sino también a quienes lo rodean. Si bien los últimos estudios en Chile, como el 15° Estudio Nacional de Drogas del SENDA, muestran una disminución en el consumo de alcohol y otras sustancias, aún queda mucho camino por recorrer. Hoy, más que nunca, es crucial hablar de cómo las adicciones afectan todos los aspectos de la vida y por qué buscar ayuda profesional es el primer paso para recuperar el equilibrio.
A nivel familiar, las adicciones suelen generar tensiones, discusiones e incluso rupturas. Las relaciones se resienten porque el consumo problemático tiende a ocupar un espacio central, desplazando momentos de conexión y afecto. En lo personal, el impacto puede ser devastador: la salud física se deteriora, el bienestar mental se ve comprometido y muchas veces aparece la soledad como compañera constante.
En lo social, las amistades y vínculos suelen debilitarse, y las actividades que antes traían alegría pasan a un segundo plano. Y en lo laboral, los problemas de concentración, el ausentismo y la baja productividad pueden poner en riesgo el sustento y las oportunidades de crecimiento profesional.
La buena noticia es que nadie tiene que enfrentarse a esto solo. Contar con el apoyo de terapeutas especializados marca una gran diferencia. Los profesionales no solo ofrecen herramientas prácticas para manejar el consumo, sino que ayudan a entender las raíces del problema, a sanar las heridas emocionales y a construir una vida más plena y equilibrada.
Si tú o alguien que conoces está luchando con una adicción, quiero que sepas que la recuperación es posible. Es un camino que puede ser desafiante, pero cada paso cuenta. Y lo más importante: nunca es tarde para comenzar.
Tomemos este momento para reflexionar sobre el impacto que las adicciones tienen en nuestras vidas y para actuar. Buscar ayuda es un acto de valentía y amor propio que puede cambiarlo todo.
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