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No estás solo: la importancia del acompañamiento en la rehabilitación

Familia celebrando. No estás solo.

Cada vez vivimos más cerca unos de otros. Departamentos, casas, barrios cada vez más densos… pero, ¿realmente estamos más conectados?

¿Hemos mirado de verdad a nuestros vecinos? ¿Los hemos reconocido como parte de nuestra comunidad? Parece que no siempre. Por costumbre, por timidez, por vergüenza o simplemente por indiferencia, tendemos a bajar la mirada. Un cúmulo de emociones nos separa.


Y sin embargo, está claro que la distancia física no es proporcional a la distancia afectiva. Necesitamos el contacto humano, el vínculo, la validación del otro. Somos seres sociales desde siempre; nuestro cerebro se desarrolló en comunidad. Lo puedes comprobar con un gesto tan simple como un saludo en la calle de alguien que apenas conoces. ¿No te sorprende? ¿No te agrada un poco? Ese pequeño acto puede transformar tu día.


¿Por qué digo todo esto?


Aunque no lo creas, no estás solo..


Porque en el mundo de las adicciones, lo que más duele no es solo la sustancia… es la soledad. Esas heridas profundas de abandono, de rechazo, que todos en algún grado llevamos, pero que cuando duelen mucho, preferimos no mirar. Entonces, el alcohol u otras sustancias se vuelve un compañero silencioso, pero destructivo.


En estas Fiestas Patrias, te invito a observar con atención y cariño. A tus hijos, hermanos, padres, amigos, vecinos… Si ves a alguien que ya no se encuentra, que se pierde en el alcohol, una y otra vez, no mires para otro lado. Dale una mano. Míralo con compasión. Ayúdalo a ver que necesita apoyo. No esperes que “se le pase”.


Porque el consumo problemático no es solo un mal hábito. Enferma el cerebro, el cuerpo, el alma. Y sí, consultar a un especialista, incluso considerar una internación terapéutica, puede ser el paso que cambie una vida. No dejemos que el orgullo o los prejuicios nos cierren las puertas de la recuperación. Rehabilitarse no es señal de debilidad, es un acto valiente.


Ojalá no tengamos que esperar llegar a una “condición UTI” para pedir ayuda.

El desafío es colectivo: superar una cultura que normaliza el consumo, que invisibiliza el sufrimiento, que aísla al que más necesita compañía.


Y te lo digo con fuerza y esperanza:¡Vamos que se puede! juntos, somos poderosos. No estás solo. …Tiquitiquiti..Felices Fiestas y recuerda ¡No estás solo!


 Mg Ps Roxana Vega A. Directora Terapéutico Centro Walnut.


 
 
 

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